El Xalet de Les Airasses es el primer refugio excursionista que se construyó en el pueblo de La Mussara. Está en el mirador del risco de Les Airasses.
Junto a la icónica iglesia de Sant Salvador, es uno de los edificios mejor conservados, ahora bien, a decir verdad, fue el último que se levantó.
Si te has acercado a él, lo más probable es que hayas intentado reconstruirlo mentalmente, sobre todo si desconoces cuál era su aspecto original.
¿Te pica el gusanillo?
En este artículo, repasamos la historia del Refugi de Les Airasses, desde su construcción hasta su punto álgido con la celebración excursionista de 1928.
No dejaré pasar la oportunidad de contarte cómo era su interior. Es más, analizaremos las fotografías y memorias que han llegado a nuestros tiempos.
La historia del Refugi de Les Airasses
Los refugios excursionistas de Siurana y La Mussara tienen en común que fueron mandados a construir por la misma persona, el empresario Ciriac Bonet.
El proyecto arquitectónico lo diseñó Domènec Sugranyes, estrecho colaborador de Antoni Gaudí y arquitecto de la casa modernista de Bonet en Salou.
El empresario se lo entregó al Centre Excursionista de Catalunya a condición de que la donación se mantuviera en el anonimato, pero acabó trascendiendo.
La inauguración fue el 14 de noviembre de 1926 y el 3 de junio de 1928 acogió un evento que congregó a miles de personas en la humilde Mussara.
Las obras concluyeron en mal momento. Por una parte, la guerra civil estaba a punto de explotar, por otra parte, la población quedó deshabitada en 1961.
Tuvo una vida un tanto convulsa.
De acuerdo con Antoni Olivella, el Xalet sufrió daños durante el conflicto armado. Los hijos de Bonet y las entidades excursionistas, entonces, lo rehabilitaron.
Hubo una segunda inauguración, en esta ocasión, el 4 de diciembre de 1955. No obstante, las tormentas de 1959 lo dejaron en una situación delicada.
A consecuencia de las pasadas tormentas, y por el efecto destructor de un rayo, el Xalet Refugio de La Mussara sufrió considerables desperfectos.
Associació Excursionista de Catalunya de Reus
Tal y como publicada el Diario Español, un rayo lo alcanzó provocando “considerables desperfectos”. La peor parte se la llevaron la chimenea y las ventanas.
Un grupo de personas desinteresadas lo dejó en condiciones de ser utilizado de nuevo. Sirvió de poco, pues se degradó de la misma manera que La Mussara.
Ya solo quedan las paredes del antiguo refugio.

Así era el antiguo refugio de La Mussara
Ya sabemos cuál es la historia del refugio de Les Airasses, ahora bien, ¿cómo era? Tenía una única planta, de 40m2 de extensión, y una altura de 2,50 metros.
En los extremos del edificio se instalaron contrafuertes. Con todo esto, según escribe Olivella en el boletín Lo Pedrís, “era muy bonito y de estilo modernista”.
En su interior había 2 estancias bien diferenciadas. A un lado, lavabos y 6 camas separadas por cortinas, a otro lado, cocina y comedor para 30 personas.
Tenía de todo, desde luego.
Anton Agustench, uno de los últimos habitantes de La Mussara, recordaba que había un fuego a tierra, cubertería y una cisterna que se llenaba con el agua de la lluvia.
Si echas un vistazo al interior del Xalet, salta a la vista que el espacio tenía que estar bien aprovechado porque, por si fuera poco, el comedor hacía de sala de estar.
Como cualquier otro alojamiento contemporáneo, los excursionistas tenían que pasar por caja. Estas son las tarifas que se aplicaban por pernoctar una jornada:
- 1 peseta para los socios de la CEC y el Centre de Lectura de Reus
- 2 pesetas para los socios de clubes de Madrid y el Club Alpino Frances
- 4 pesetas, el doble, para quienes no encajen en ningún grupo anterior
Es importante indicar que era un refugio no guardado. Quienes querían utilizarlo tenían que pedir la llave al alcalde del pueblo, responsable de su conservación.
El último fue Pere Abelló i Vilalta y emigró en 1959. Solo dos años después, Franco firmó un real decreto por el que La Mussara quedaba anexionada a Vilaplana.

Las obras inacabas del Xalet
Una de las fuentes consultadas, el libro Records de La Mussara, revela que el proyecto planteaba mejoras que no se ejecutaron. ¿Qué se quedó a medias?
Tengamos en cuenta que el edificio se levantaba en el punto del risco de Les Airasses, en el lugar más alto del núcleo de población y desde el que había una caída.
Justo debajo de él, por la desembocadura del Camí de les Campanilles, preveían construir bancos de piedra, pedrissos,en los que tomar el sol durante el invierno.
Por el sendero que conecta con el refugio encontraríamos una escalera del mismo material, así como barandillas metálicas en el risco para tener mayor seguridad.
¿Qué pasó?
Agustench concluye que Ciriac Bonet se desanimó por desacuerdos con los vecinos a razón del agua. Quizá esa sea el motivo por la que no se ejecutaron los trabajos.
Según el mussarenc, “si se tira tanto la cuerda, llega un momento en el que se rompe”. Poco después, el empresario financió la construcción del refugio de Siurana.

El celebración del Aplec Excursionista
Mientras repasábamos la historia, mencioné que se llevó a cabo una gran celebración. Fue con motivo del II Aplec excursionista de les comarques tarragonines.
El mismísimo Agustench recuerda que “Les Airasses parecían un hormiguero”, apuntando que, según los cálculos, “pasaron de las mil personas”. ¡Casi nada!
La fecha escogida fue el 3 de junio de 1928. Sabemos con detalle qué tal fue la jornada gracias a una crónica de la revista del Centre de Lectura de Reus.
El artículo menciona que reunieron a cerca de 2.000 personas, una cifra llamativa dadas las dimensiones del lugar. Aun así, fueron menos que en la primera edición.
El programa arrancó con una misa en la iglesia de Sant Salvador, en la que se recordó al excursionista Joan Galofrer. ¡Había tanta gente que no cabía nadie más!
Inmediatamente después arrancó la carrera de montaña. El ganador fue Pere Rodríguez, quien hizo las 3 vueltas al Bosc de l’Agustench, 9 kilómetros, en 46 minutos.
A parte de las sardanas y la comida, hubo una novedad, el concurso de salto a cuerda exclusivo para mujeres. Carme Jornet se alzó victoriosa con 250 saltos.
Las fotos de la celebración son verdaderamente impresionantes. Más allá del número de asistentes, destaca lo mucho que ha cambiado La Mussara con el tiempo.

Curiosidades del refugio
El Camí del Calvari
La disposición de los edificios del núcleo de población de La Mussara no da lugar a hablar de calles. No obstante, sí que hay caminos con nombre propio.
A un lado de la plaza mayor estaba Cal Pó. Desde ahí y hasta el refugi de Les Airasses se extiende el Camí del Calvari. ¿Se llamaba así por su pendiente?
La puerta de acceso
El edificio está tan degradado que difícilmente se adivina cuál era su puerta de entrada. Se accedía por la pared opuesta al risco, a través de una escalera.
Es algo sorprendente porque, si uno se deja llevar por el sentido común, concluye que la puerta de acceso debía estar a ras de suelo, en el borde de Les Airasses.
El panteón de muertos
Volviendo a Records de La Mussara, llama la atención una conversación que tiene el autor con Galofre Surís, quien pintaba un campo segado del municipio.
Agustench advirtió que no aparecía el Xalet de Les Airasses. Se lo comentó y el pintor respondió con cierto desprecio: “allò, si sembla un panteó de morts”.
Fotos del Xalet de Les Airasses
La puerta de acceso del refugio La parte trasera del refugio Estancia dedicada a la cocina Vista de la iglesia de Sant Salvador Las ventanas de la parte trasera