Las montañas de Tarragona tienen un patrimonio histórico, cultural y natural muy rico. Llevo toda la vida viviendo en la provincia y todavía sigo sorprendiéndome.
En esta lista, recopilo los sitios imprescindibles que debes visitar sí o sí. No importa la preparación física tengas, estos destinos están al alcance de todo el mundo.
En Camino con Santiago, nos apasionan las montañas de Tarragona, de ahí que todas las propuestas siguientes se puedan disfrutar más con una ruta de senderismo.
Dicho esto, he creado el listado con el objetivo de descubrirte opciones ganadoras en toda la provincia, desde el Camp de Tarragona hasta las Terres de l’Ebre.
1. Els Avencs de La Febró
Els Avencs de La Febró son uno de los puntos más particulares de las montañas de Tarragona. En pocas palabras, son unas grietas de 300 metros de profundidad.
Sus paredes, separadas por 8 metros, expulsan la humedad del agua y, entre ambas, reposa una piedra mayúscula que parece estar a punto de desprenderse.
Su historia, además, es alucinante.
Aunque hoy son sobradamente conocidos, hubo un tiempo en que Els Avencs eran un lugar inhóspito e inaccesible utilizado como refugio por toda clase de personas.
A mediados del siglo XIX, Jaume Ferrer i Grau, un contrabandista y conspirador liberal, los utilizó como almacén de mercancía y escondite cuando era perseguido.
Lo más llamativo es que en las simas se ocultaba una de las personalidades que trascendía nuestras fronteras: hablo de Joan Prim i Prats, el General Prim.
Esta es una de las visitas obligadas que debes hacer en las montañas de Tarragona. Por si fuera poco, matarás dos pájaros de un tiro: está al lado de la siguiente.

2. El pueblo abandonado de La Mussara
Situado en la comarca del Baix Camp, en las mismas Muntanyes de Prades, existió un pueblo que ocupaba la parte central de la denominada Sierra de La Mussara.
Este municipio hoy en estado ruinoso, La Mussara, tiene el poder no dejar indiferente a quien lo visita. No en vano, es un lugar apreciado por la gente de Tarragona.
Uno se descubre reconstruyendo el pueblo sirviéndose de lo poco que queda en pie. Esa fascinación se acentúa por una visión que emociona al menos sensible.
Es la del mirador de Les Airasses.
Desde este risco, justo al lado del antiguo refugio excursionista, observarás cómo se extiende bajo tus pies la planicie del Baix Camp hasta la Cosa Dorada.
La villa de La Mussara quedó abandonada en 1960. Solo un año después, Francisco Franco lo anexionó al término municipal de Vilaplana por Real Decreto.
Hoy está lejos de ser el pueblo maldito que algunos nos quieren hacer creer. Es todo lo contrario: un enclave precioso en el que reina la calma y la tranquilidad.
He aquí la razón por la que los visitantes se cuentan por decenas cada fin de semana. No hay duda, es uno de los imprescindibles de las montañas de Tarragona.

3. El Monasterio de Santa María de Poblet
De acuerdo con el historiador Eufemià Fort i Cogul, Poblet “fue el gran monasterio de Catalunya de todos los tiempos”, pues “jamás fue el segundo de ningún otro”.
Fue tal su relevancia que, entre los siglos XIV y XV se convirtió en el panteón real de la Corona de Aragón. De hecho, podrás ver los sepulcros reales en la iglesia.
Otro punto a su favor es que los monjes todavía hacen vida en el templo, por lo que sus dependencias, como la bodega o el refectorio, están abiertas al público.
En el momento en el que escribo este artículo, puedes visitarlo o bien a tu ritmo con una audioguía o bien acompañado de un monje. ¡Eso sí es una experiencia!
Visto lo visto, el Monasterio de Poblet es una de las joyas de las montañas de Tarragona que no te puedes perder, de la misma manera que las rutas de su zona.
La más popular es el Bosc Pintat de Poblet. Como su propio nombre indica, es un bosque en el que se han pintado diferentes variedades de setas en los árboles.
Por supuesto, hay opciones más accesibles, como pasear por las antiguas granjas del monasterio en otoño mientras descubres los castillos de Milmanda y Riudabella.

4. El pueblo de Siurana
Siurana es uno de los pueblos más bonitos de Tarragona. Su historia es legendaria en tanto que fue el último reducto en manos de los sarracenos en la reconquista.
El asedio cobró un carácter épico debido a los grandes riscos que la rodean. De hecho, desempeñaron un papel clave en el desarrollo de su leyenda más conocida.
Abd-al-azia, que en algunos relatos se nos presenta como la esposa del gobernador o valí de Siurana, se arrojó al vació con su caballo a fin de evitar ser capturada.
Es la leyenda de la reina mora.
Las montañas de Tarragona tienen un encanto especial. Quizá esa sea la razón por la un nazi belga que escapó de la cárcel decidió instalarse en la bonita Siurana.
A parte de sus mitos y leyendas, la población es considerada un paraíso de la escalada. Sus encantos naturales son irresistibles, también para los senderistas.
Desde Siurana podrás visitar el pueblo abandonado de Gallicant, las pozas de Els Gorgs de La Febró o disfrutar de las actividades acuáticas de su pantano.

5. La Sierra del Montsant
Desde muchos de estos enclaves de las montañas de Tarragona destaca una sierra que por su forma parece más bien una muralla. Es la Serra del Montsant.
Como La Mola, la mayor parte de su perímetro está amurallado por riscos y roquedales, lo que le confiere el aspecto de plaza inexpugnable por los mortales.
El Montsant es un remanso de paz ligado a la espiritualidad. Esto es gracias a los eremitas que la han poblado desde la antigüedad y a la cartuja de Scala Dei.
No es ni la más alta ni la más extensa de las montañas de Tarragona, pero es uno de los pocos lugares de esta lista en los que sentirás una gran paz y tranquilidad.
Dicho eso, te recomiendo 3 sitios:
En primer lugar, está el Clot del Cirer, una hondonada oculta en el corazón del Montsant en la que crece la hierba en una bonita esplanada presidida por un nogal.
En segundo lugar, llama la atención el Toll de l’Ou, una serie de piscinas naturales cuyo atractivo es la transparencia de sus aguas. ¡Es naturaleza en estado puro!
Y, en tercer lugar, te recomiendo la Ermita de Sant Bartomeu de Fregarau, el templo en el que vivió un eremita. Sus rocas te recordarán al macizo de Montserrat.

6. El Castillo d’Escornalbou
Sobre las montañas de Tarragona se alza el Castillo d’Escornalbou, fortaleza convertida en residencia privada de Eduard Toda, el egiptólogo reusenc.
Se hizo con él después de que quedara prácticamente en ruinas con la Desamortización de Mendizabal en 1835. Entonces, lo reformó a su gusto.
Haciendo gala de su sentido del humor, Toda instaló unos peculiares guardianes protectores en las paredes. Son esos rostros de piedra traídos de china.
La buena noticia es que puedes visitar el castillo en una visita guiada y teatralizada. Así, descubrirás los secretos del lugar, como la visita del rey Alfonso XIII.
Por cierto, el conjunto cuenta con un monasterio y una ermita. Esta última, dedicada a Santa Bàrbara, ofrece una vista panorámica del Camp de Tarragona.

7. La Mola de Colldejou
La Mola de Colldejou es una de las montañas de Tarragona por excelencia. Su silueta es inconfundible en el horizonte a causa de las paredes verticales que la rodean.
Su nombre evoca inequívocamente la imagen de una muela porque se encuentra aislada de otros picos. Eso, a pesar de las cimas de la Sierra de Llaberia.
La gigantesca cumbre, que cuenta con más de 1 kilómetro de largo y 400 metros de ancho, alberga en su punto más alto una fortaleza de las guerras carlistas.
A pesar de lo que pudiera parecer, no es un desierto de roca. A un lado se extiende una capa de tierra en la que crece la hierba, creando la visión de un prado.
Su situación la convierte a su vez en un mirador excepcional de las montañas de Tarragona. En concreto, de la Serra de Llaberia, de la forma que parte.
¿Te atreves a coronarla?
La mejor forma de hacerlo es empezando en Colldejou, pueblo al que da nombre. Eso sí, prepárate para salvar pendientes pronunciadas y 560 de desnivel positivo.
La Mola ha sido y es una de las referencias de los excursionistas del Camp de Tarragona. Si te animas a hacerla en verano, te regalará un atardecer de película.

8. Horta de Sant Joan y su entorno
De entre todos los pueblos de las montañas de Tarragona, hay uno que todo el mundo se afana en anotarlo entre los más bonitos. Ese mérito es de Horta de Sant Joan.
De la misma manera que Capafonts, en Muntanyes de Prades, está situado sobre una colina en cuya cima hay un manantial. Es lo que le da su carácter pintoresco.
Horta, u Orta según los entendidos, ofrece unos paisajes de los que se enamoró el mismísimo Pablo Picasso, quien llegó a coquetear con trasladarse a la villa.
¿Qué decir de su entorno?
Algunas de las mejores rutas y piscinas naturales están o bien en su término o bien en sus proximidades. ¡Necesitarás unos cuantos días para disfrutar su patrimonio!
Lo más notable es la Montaña de Santa Bàrbara, considerada sagrada por su icónica forma. Ahora bien, no se quedan atrás las famosísimas Roques de Benet.
En lo que a pozas se refiere, podrías acercarte a Els Estrets d’Arnes. Es un desfiladero que te adentra en el Parc Natural dels Ports siguiendo el curso del agua.
Por supuesto, debo mencionar Les Olles de Baubo, unas de las piscinas naturales más populares de las montañas de Tarragona, como Els Gorgs de La Febró.

9. El Santuario de la Fontcalda
La Fontcalda es un santuario situado en el término municipal de Gandesa. En concreto, está en el lecho de un profundo y escarpado valle, en la Serra de Pàndols.
El templo se levanta en la falda de un peñasco bañado por el río Canaleta. Su nombre encuentra su origen en la fuente de aguas termales que brota a pesar de todo.
El curso del agua corre entre estrechos de roca creando saltos y piscina naturales. Es con razón uno de los destinos estrella del sur de las montañas de Tarragona.
¿Qué hay en la zona?
A parte del santuario y el balneario natural, un camino discurre paralelo al río Canaleta. Es un itinerario breve que luego enlaza con la Vía Verde de la Terra Alta.
Así la conocí yo: cuando era un adolescente, mis padres nos traían a recorrer la antigua vía del tren en bicicleta. Desde entonces le guardo con mucho cariño.
Si te animas a visitarla, acéptame un consejo y aparca en la antigua estación de Prat de Comte. La carretera que sale de Gandesa es muy estrecha y peligrosa.

10. El Mont-caro, el techo de Tarragona
El título de montaña más alta de Tarragona le corresponde al Mont-Caro. Con su elevación de 1.441 metros, es un mirador con una vista panorámica de la leche.
Desde el coloso de Terres de l’Ebre verás desde Los Pirineos hasta la isla de Mallorca. Huelga decir que disfrutarás de las tierras del Delta de l’Ebre.
La forma más fácil de llegar a la cumbre es en coche. Como no puede ser de otra manera, mi recomendación es que llegues a pie. Hay varias opciones.
Desde la base, en el Barranc de La Caramella, superarás más de 1.200 de desnivel positivo hasta la cima. ¡Es la ruta más dura que he publicado en la web!
Para fortuna de muchos existe una vía más fácil: aparca en el Refugi de Caro. De esta manera reduces la subida una tercera parte y evitas dificultades técnicas.

Más lugares de montañas de Tarragona
Estos son los lugares imprescindibles de las montañas de Tarragona. Por supuesto, esta lista responde a una priorización elaborada según mi criterio personal.
Otro de los destinos que te aconsejo con los ojos cerrados es Miravet. Es uno de los pueblos más bonitos de la provincia. ¡Su castillo e historia te encantarán!
Fue uno de los escenarios de la guerra civil. A poco que te hayas informado sobre qué visitar en Tarragona, habrás visto fotos de una fortaleza junto al río Ebro.
Por último, ten en cuenta que no he hablado estrictamente de rutas de senderismo. ¿Quieres descubrirlas? Échale un vistazo a las que recomiendo yo mismo.