Las leyendas de La Mussara son fascinantes. Las más interesantes, por si fuera poco, son las que seguramente desconoces. Van más allá de una simple desaparición.
Después de haber devorado la mayoría de los libros que se han escrito sobre el pueblo, me he atrevido a recopilar aquí las mejores leyendas de La Mussara.
Aunque, a decir verdad, eso es mentira. En este artículo las encontrarás todas o, al menos, las que a mí me constan que existen. Cada cuál es más fantástica que la anterior.
Una vez más, mencionaré la archiconocida desaparición, la supuesta puerta a una dimensión paralela y la leyenda de la Isidre Pàmies i Borràs, más conocido como Cercós.
No me voy a quedar en lo que ya es conocido, como la Villa del Seis. Presentaré, además, la aparición divina, el suicido de un niño y el caso de los bandoleros.
¿Suena interesante?
Si estabas buscando el recopilatorio definitivo de leyendas de La Mussara, ya lo has encontrado. Por si fuera poco, podrás encontrar más información de cada mito.
Antes de las leyendas de La Mussara...
Que La Mussara nos ofrezca sucesos, mitos o leyendas está muy lejos de significar que se trate de un pueblo condenado por una maldición esotérica.
Cuando uno busca información de la hoy ruinosa población, lo primero que se encuentra son páginas que afirman que existe una leyenda negra. Mentira.
Todos estos contenidos caen en la falacia de la generalización apresurada. Es decir, lo afirman a pesar de carecer de las evidencias empíricas suficientes.
No, La Mussara no está maldita.
Después de leer decenas de libros, contenidos y artículos sobre La Mussara, puedo asegurarte con seguridad de que todo lo que te contaré son anécdotas.
De esta manera, por respeto a la memoria de los habitantes y de las propias ruinas de la población, te pido que separes la realidad de la ficción. La Mussara se lo merece.
La desaparición de Enrique Martínez
Es con probabilidad el suceso más conocido que ha tenido lugar. En mi humilde opinión, se trata de un hecho real aderezado con leyendas urbanas.
Enrique buscaba setas en compañía de 3 amigos. Eran duchos en la materia e incluso había perfeccionado una técnica con la que peinaban todos los hongos de la zona.
Como no podía ser de otra manera, aquel día desplegaron su estrategia de recogida. La sorpresa no tardó en llegar. De golpe y porrazo, se dejó de escuchar a Enrique.
¿Qué había pasado?
Los amigos estuvieron buscándolo. Regresaron al lugar en que habían estacionado. Nada. Ahí estaba su coche en perfecto estado, incluida su medicación y documentos.
Enrique había desaparecido sin dejar rastro alguno. El dispositivo de búsqueda activado por las autoridades de poco sirvió a pesar de los efectivos movilizados.
Meses después, los incombustibles amigos de Enrique retomaron las labores sin resultados. Se les hizo tarde en el pueblo, cuando se encontraron con lo paranormal.
A su vuelta al antiguo pueblo La Mussara, cayó la noche. Escucharon lo que parecían ser cascos de caballo. Parecían provenir de la iglesia. Fueron a comprobarlo.
Cuando observaron qué estaba pasando en su interior, identificaron las fantasmagóricas figuras de unos monjes. De repente, desaparecieron por completo.
Se cuenta que los amigos comunicaron los hechos a las autoridades. En cualquier caso, de poco o nada sirvió. Todavía desconocemos qué le pasó a Enrique.
Que cada uno decida donde termina la realidad y empieza la ficción. En cualquier caso, esta es probablemente una de las leyendas de La Mussara más conocidas.
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Una puerta a otra dimensión, la Villa del Seis
El pueblo estuvo bajo el dominio árabe, quienes supuestamente trajeron consigo a los Yinn: unas criaturas que viven en una dimensión paralela a la que conocemos.
La toponimia del nombre de la población establece que La Mussara puede traducirse en castellano como “lugar destinado a marchas”. De aquí vienen las teorías.
Corre la leyenda urbana de que una de las puertas a dicha dimensión está en una piedra junto al Risco de Les Airasses. Atravesarla sólo requiere pisarla.
Esta capa alternativa de la existencia es poblada por los Yinn, unos entes incorpóreos de fuego con libre albedrio que Alá creó antes incluso que a los hombres.
La palabra Yinn se traduce como genio. Entre los poderes de estas criaturas fantásticas está la capacidad de influir espiritual y mentalmente en los humanos.
Las leyendas de La Mussara señalan que el pueblo que encontramos más allá del portal es la Villa del Seis. No falta quienes dicen que esto fue lo que le pasó a Enrique.
¿Qué hay de cierto en todo esto?
El pueblo no deja indiferente a quien se acerca a él. Ese magnetismo, unido al origen sarraceno del nombre y sumado a su característica niebla, disparó las teorías.
Así las cosas, las desapariciones o sucesos paranormales normalmente son justificados por la existencia de dicho portal o por la acción de estas criaturas.
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La profanación del cementerio
Nacido en el municipio de L’Aleixar, Isidre Pàmies i Borrás, conocido popularmente como Cercós, fue un general del ejército carlista durante la tercera guerra carlista.
Desempeñó sus funciones en las Montañas de Prades dirigiendo un batallón. Cumplió con su deber hasta que fue herido por una bala de fusil. Era una herida mortal.
Fue trasladado en burro hasta la Masía de Joan Pau, pero poco se pudo hacer por él. Falleció, fue enterrado en el cementerio de La Mussara y se guardó el secreto.
Tanto secretismo era debido a la inquina que Cercós despertaba en las fuerzas liberales. Tan pronto les llegó el rumor, 5 voluntarios se dirigieron hasta La Mussara.
Pero… Creían que seguía con vida. Su sorpresa fue mayúscula cuando descubrieron que su archienemigo descansaba en paz. Pero no se iban a ir con las manos vacías.
Fueron a desenterrarlo para vengarse.
Después de obligar a los vecinos a colaborar, desenterraron diferentes féretros. Entre ellos, el de un niño. El espectáculo fue dantesco, pues su madre lo presenció.
Caída la noche, y con la niebla instalada en el pueblo, extrajeron del suelo la última caja. De nuevo, una sorpresa: se trataba de una mujer a quien se creía bruja.
Ya rabiosos a altas horas de la noche, decidieron fusilar simbólicamente su ataúd. Enderezaron el féretro, apuntaron y… Dispararon. Entonces, cayó al suelo.
Los integrantes del batallón liberal se miraron los unos a los otros creyendo que sobre ellos había caído una maldición. Huyeron despavoridos por sus crímenes.
Otra vez, quizá se trate de un hecho que combina elementos de realidad y ficción. Uno de los últimos habitantes recuerda esta historia gracias a su abuelo.
Pulsa aquí para leer la leyenda completa de Cercós

El suicido de un monaguillo
En 1954, quedaban 3 familias en La Mussara. Todavía residía el último alcalde en compañía de su mujer y sus 2 hijos. El pequeño, monaguillo, quería suicidarse.
Antes de quitarse la vida, pensó en hacer un bien al pueblo. Su idea era asesinar a un hombre que supuestamente agredía tanto a su mujer como a sus hijas.
Por la noche, fue al café del pueblo. Allí le comentó a la víctima que tenía pensado irse de casa de sus padres. Antes, le comentó que había escondido dinero en un lugar.
Le prometió que sería todo suyo si no regresaba en 4 años. Tanto el monaguillo como el hombre caminaron por la carretera de La Febró. Entonces, el niño sacó un puñal.
Había pensado en cortarle la yugular, pero la acometida falló y lo desarmó. En ese momento, la víctima fue a denunciar lo ocurrido. El crío había fracasado.
Decidido a quitarse la vida, fue a escalar una torre de alta tensión para tirarse de cabeza. No salió como esperaba, entró en contacto con la corriente y murió.
Antoni Novell, el último cura que impartió misa en La Mussara, encontró a la víctima y a 2 guardias civiles mientras circulaba en moto. Allí supo qué había pasado.
Cuando entendió que estaba a punto de cometerse el suicidio, se dirigió a la torre de luz. Era demasiado tarde. Lo único pudo hacer fue rezar una plegaria por su alma.
Esta historia la conocemos de la mano del propio Antoni Novell. Quedó escrita en un manuscrito en castellano que fue publicado en la revista L’Orella de Farena.

La aparición divina
Ya había pasado la navidad y el invierno ganaba fuerza. A pesar del frío, la hija mayor de ca l’Agostenc no se amilanó y salió a caminar tal y como tenía por costumbre.
La chica iba confiada cuando se sobresaltó. La primera pista de lo que estaba a punto de pasar se la dio el rebaño. Percibía que algo había perturbado su tranquilidad.
Cuando se quiso dar cuenta, un lobo saltó sobre la espalda de una de las ovejas. El animal aprovechó que el rebaño carecía de la protección de un perro o un pastor.
Nuestra protagonista plantó cara. En lugar de huir, se llenó de coraje para plantar combate. Sin saber muy bien qué estaba haciendo, se interpuso en su camino.
La bestia la atacó, sí, pero a los pocos segundos huyó sin que la pastora supiera a ciencia cierta por qué. Seguía en el suelo, rezando a sabiendas de que ese era su final.
¿Qué había pasado?
Pensaba que el lobo estaba preparándose para su acometida final. No fue así, pues emprendió la huida cuando detectó la presencia de un anciano que salió al paso.
La joven temía que el lobo contratacara, así que curó su herida con la solución que le había entregado el hombre, intentó hablar con él sin éxito y volvió al pueblo.
Nadie sabía quién era aquel anciano.
Lo más normal habría sido que el hombre la hubiera acompañado hasta su casa o que le hubiera preguntado dónde vivía. En lugar de eso, continuó su camino.
Ni tan siquiera los vecinos de Vilaplana, La Febró o L’Albiol recordaban el paso de un señor de tales características. Así pues, sólo podía tratarse de una persona.
En efecto, los mussarencs llegaron a la conclusión de que aquel hombre era, nada más y nada menos, que Nuestro Señor encarnando la figura de un anciano.

¿Hay más leyendas de La Mussara?
Estas son todas las leyendas de La Mussara que conozco. Sin embargo... Todavía tienes mucho que aprender. Por ejemplo, cómo fue el final de La Mussara.
También publiqué El origen de La Mussara, un artículo en el que te cuento desde cuándo existe el municipio. Es un viaje en el tiempo de casi 900 años.
En el caso de que quieras recorrer el pueblo por tu cuenta, te recomiendo mi Excursión de Vilaplana a La Mussara. Tiene unas vistas que quitan el hipo.
Hola! Fui de excursión el lunes pasado a la Mussara, y buscando un información sobre este pueblo encontre este estuvendo blog, Gracias!
Muchas gracias por tu comentario, Carolina. Espero que disfrutaras de la ruta.
HE BUSCADO SETAS TODA MI VIDA POR EL PIRINEO Y POR MUCHOS MAS LUGARES DE CATALUNYA VIVO EN VILAPLANA DESDE HACE 11 AÑOS Y HE SUBIDO A BUSCAR SETAS A LA MUSSARA EN INFINIDAD DE OCASIONES HASTA QUE UN DIA DE NOVIEMBRE SUBIMOS A BUSCAR SETAS CON MI HERMANA MIS PADRES Y YO , NUNCA ME HE PERDIDO PUESTO QUE CONOZCO EL LUGAR PERFECTAMENTE PERO ESE DIA PASE A TRAVES DE UNOS MATORRALES DE BOJ Y AL DARME LA VUELTA ERA COMO SI ESTUVIERA EN OTRO LUGAR PUESTO QUE ERA IMPOSIBLE QUE HUBIERA PASADO POR AHI YA QUE NO HABIA MANERA DE VOLVER A BAJAR CON LO QUE ME TUVE QUE DESPLAZAR HACIA MI DERECHA PARA PODER EMPEZAR A BAJAR ,ERA IMPOSIBLE PERDERSE PUES AL INICIAR LA BUSQUEDA VEIA CLARISIMAMENTE LA ANTENA GIGANTE QUE HAY PUES BIEN ME PERDI MAS DE 30 O 40 MINUTOS Y SOLO CONSEGUI ORIENTARME CUANDO MI HERMANA ME LLAMO POR TELEFONO Y LE DIJE QUE HICIERA SONAR EL CLAXON DEL COCHE LO HIZO Y ERA INCREIBLE LO CERCA QUE ESTABA DE ELLOS ...EL SUSTO FUE TREMENDO PUES SE EMPEZABA A HACER DE NOCHE Y YO YA ME HABIA HECHO A LA IDEA DE TENER QUE PASAR LA NOCHE AHI EN MEDIO DE LA MONTAÑA ...AUN NO COMPRENDO COMO ES POSIBLE QUE ESTUVIERAN TAN CERCA Y QUE YO NO SUPIERA DONDE ME ENCONTRABA ...HE VUELTO MUCHAS VECES (CADA TEMPORADA DE SETAS ) Y NO ME HA VUELTO A PASAR, ESO SI NUNCA SOLO SIEMPRE ACOMPAÑADO Y NUNCA MAS HE VUELTO A ENCONTRAR EL BOJ QUE PASE PESE A INTENTARLO VARIAS VECES , AHORA ES UNA ANECDOTA PERO ESE DIA DE NOVIEMBRE LA TEMPERATURA DEBIA SER DE UNOS 4 O 5 GRADOS Y LA IDEA DE TENER QUE PASAR LA NOCHE AHI ERA TREMENDA POR LO QUE ME ACUERDO DE TODO PERFECTAMENTE, YO NO TENIA NI IDEA DE DESAPARICIONES EN LA MUSSARA NI NADA POR EL ESTILO FUE DESPUES CUANDO ME ENTERE DE TODAS LAS LEYENDAS QUE CORREN POR AHI ,POR CIERTO CADA VEZ QUE SUBIMOS A BUSCAR SETAS POR LA ZONA NO SUELE HABER COBERTURA POR LO QUE ESE DIA TUVE MUCHA PERO MUCHA SUERTE YA QUE SIN LA LLAMADA DE MI HERMANA Y EL SONIDO DEL CLAXON NO HUBIERA PODIDO ENCONTRAR EL CAMINO DE REGRESO