Els Avencs de La Febró son unas simas populares de las Muntanyes de Prades. Ahora bien, ¿conoces que pasó en su interior? Pocos lo saben.
La historia de este paraje es tan apasionante como desconocida. Sus secretos permanecen ocultos en un libro publicado hace más de 100 años.
En concreto, en Espeleologia de les comarques tarragonines, publicado por Joan Ferraté en el 1918. En él, descubrimos la historia de Els Avencs.
Lo que hoy es un lugar accesible y popular, antaño fue un escondite en el que se cobijaron conspiradores, entre los que hubo un personaje famoso.
Era una personalidad cuya fama transcendía nuestras fronteras. Tanto es así que su nombre es citado en una de las grandes las obras de la literatura.
¿Sabes de quién hablo?
El mismísimo Oscar Wilde lo nombra en El retrato de Dorian Gray a la hora de presentar a un personaje. ¡Fue uno de los grandes generales de España!
En este artículo, repasamos la historia de Els Avencs de La Febró de la mano de los libros. Estoy convencido de que no volverás a verlos de la misma manera.
¿Qué son Els Avencs de La Febró?
Se llaman Els Avencs de La Febró, pero bien podrían ser de La Mussara por su proximidad al pueblo abandonado. Están más o menos a 3 kilómetros de distancia.
En pocas palabras, es una grieta extraordinaria de 200 metros de longitud, 30 de profundidad y entre 6 y 8 de ancho cuyas paredes expulsan la humedad del agua.
Entre ambos muros reposa un bloque de piedra mayúsculo que hace de puente de un lado al otro de la sima. Da la sensación de que se caerá de un momento al otro.
Anton Agustench, uno de los últimos habitantes de La Mussara, bromeaba con unas monjas. Les decía: “no os preocupéis, que hay unos angelitos que la sostienen”.
A lo más profundo de Els Avencs se desciende por una rampa pronunciada cuyo final nos ofrece una vista del pasillo formado por la sima. Es una visión espectacular.

Las cuevas: la cova gran y la petita
En el interior se encuentran 2 cuevas. Como anota Ferraté, la primera de ellas, la cova gran, tiene 12 metros de altitud y 50 de circunferencia con un pilar en el medio.
Esta galería era llamada la sala del trono. Dicho pilar es, en realidad, una estalagmita de 1,5 metros de altura denominada el lléo. Se puede observar con linterna.
Respecto a la otra cueva, apodada la cova petita: requiere acceder a través de un agujero. Sus dimensiones son modestas, pues tiene 7 metros de profundidad.
Ambas cuevas son anteriores a la aparición de la grieta. De hecho, se sospecha que su creación fue lo que provocó que se generara la sima debido a una conmoción.
La historia de Els Avencs de La Febró
A mediados del siglo XIX, Els Avencs de La Febró fueron habitados por Agnès de Vilaplana, un contrabandista y conspirador liberal cuyo nombre real era Jaume Ferrer.
Según cuenta Joan Ferraté en Espeleología de les comarques Tarragonines, se escondía en la cavidad huyendo de la persecución de las fuerzas armadas.
En las simas cobijó a conspiradores de la época, entre los que estaba el General Prim. Sí, el reusenc que años más tarde presidió el consejo de ministros de España.
Ferrer i Grau era el marido de la nodriza de Juan Prim, de ahí que se conocieran. Según el espeleólogo Joan Ferraté, el general se ocultó en las simas en 1843.
¿Cómo de verosímil es esto?
El crítico literario José Yxart decía en 1888: “aquel Prim a quien todos los conspiradores políticos han prestado dinero, o un par de calcetines, oculto en alguna masía”.
Sucedió en el marco de las guerras carlistas. Teniendo en cuenta la estrecha relación entre Prim y Ferrer, parece bastante probable que esto haya tenido lugar.
1843, por cierto, fue un año convulso. Aquel mes de mayo, Prim y Milans del Bosch volvieron a la provincia para liderar un pronunciamiento militar en Reus.

El robo de estalactitas y estalagmitas
Se dice que Macià Vila, empresario catalán e íntimo amigo de Prim, compró estalactitas y estalagmitas a Jaume Ferrer i Grau para instalarlas en una masía.
Según Albert Manent, el contrabandista las extrajo después de reformar el acceso a las grietas. Hablamos de un tiempo en que su acceso era más difícil y peligroso.
En la Crònica de l’Agrupació Excursionista de Reus del año 1918 se dice que la sima fue vendida a Macià Vila. Sin embargo, no queda claro que fuera de esta manera.
La masía de Vila se construyó entre 1851 y 1853 en el camino de Reus a Salou. Los materiales substraídos se destinaron a embellecer sus jardines y cascadas.
Tal y como detalla Reusdigital.cat, era un jardín con arbustos, semillas y más de 200 palmeras. Tenía de todo, hasta un lago navegable alimentado por la mina.
Poco queda ya de esta masía. La prensa anota que algunas de las palmeras aportadas por el jardinero Vicent Roca son visibles en el Barry Fortuny de Reus.
Los otros Avencs de La Febró
Els Avencs no son las únicas simas del término municipal de La Febró. A poca distancia están Els Avencs de Els Motllats de la Pona, un laberinto.
Otra grieta con enjundia fue El Desenrocat dels Castellans, a un paso de las pozas conocidos como Els Gorgs. En ellos, por cierto, se cometió un crimen atroz.
Como ves, las montañas de la Costa Dorada son ricas en leyendas. Ahora ya conoces la historia de Els Avencs. ¿Qué será lo siguiente que descubras?
Si quieres explorar estas espectaculares simas por tu cuenta, te recomiendo mi Excursión a Els Avencs de La Febró. Es fácil y para toda la familia.